A ver como se me da escribir sobre esto.
Pues hoy, voy a hablar sobre algo que hoy en dia ha perdido mucho su valor, y es el acto/hecho de dar la palabra de que se hará algo. Hoy en día cualquiera da su palabra por lo que sea, desde "te doy mi palabra de que mañana te devuelvo el piti" a cosas más importantes como "te doy mi palabra de que no me ire con otra/o". Pero la dan porque saben consciente o inconscientemente, que en ese momento servirá para quitarnos preocupaciones de la cabeza, pero por lo que se ha degenerado el valor de dar la palabra, a los pocos días u horas sabremos que no nos devolveran ese cigarrillo, o dudaremos de si nos es fiel o no.
Esto es, en mi opinión, algo sumamente negativo. Primero por el hecho de que es un engaño a nuestros allegados y segundo porque, si en algun momento nuestra palabra va en serio, pretende convencer y ser muestra de que tomaremos esas medidas, haremos eso, o estamos dispuesto a lo que fuere. Al poco tiempo desaparecerá y no habrá ningún tipo de confianza depositada en nosotros y en nuestra palabra.
¿Y por qué pasa eso? Pues porque nos hemos acostumbrado a no cumplir lo que decimos, porque desconfiamos de nuestra madre, de nuestro mejor amigo, de nuestro hermano. Porque el ser humano, ha dado motivos para desconfiar de todos los demás, hasta de uno mismo. No hay sentimiento de sociedad, no hay sentimiento de nosotros, solo hay el individuo, el yo. No digo que haya que creer en cualquier palabra que se de, pero si que tenemos que basarnos en nuestra experiencia, en nuestras vivencias con esa persona. Y partir siempre de la "presunción de inocencia", si una persona nos da su palabra siempre y no la cumple casi nunca, no nos fiemos. Pero si la da en contadas ocasiones y solo si son importantes, y siempre la cumple o dedica lo máximo para cumplirla, tenemos que creerle.
Pero somos desconfiados, porque somos egoistas. Usamos el "dar la palabra" para abusar de la confianza del otro y que confie en nosotros ciegamente. Así que acabamos por gastar la fuerza, potencia y valor de dar nuestra palabra.
Creo que, deberíamos confiar más en las personas, y ser menos egoistas con nuestros seres queridos. Demos nuestra palabra solo a aquellos a quien debamos, y en las ocasiones en las que sea necesario, así nos ganaremos la confianza de ellos, confianza que tenemos que valorarla más que al oro y a todas las cosas que podamos tener. Porque el día que fallemos aunque lo hayamos intentado, no se enfadarán con nostros.
Eso sí, no abusemos de la confianza que depositan en nosotros.
Bueno, creo que igualmente las personas ya hacemos eso de no dejarnos timar una y otra vez la 'palabra' de otro. Al fin y al cabo, cuando tienes un amigo que sitemáticamente llega tarde (no miro a nadie ¬¬) cuesta mucho de confiar en que 'ese día' llegará a la hora. No es más que otra formulación del concepto que desarrollas.
ResponderEliminarIgualmente, la sociedad en general está hecha mierda. Hemos permitido - la generación de nuestros padres, sobre todo - que ser un traidor, un mentiroso, un cobarde, y este tipo de cosas se premien. ¿Quién llega a la cumbre de una empresa antes: el gran profesional que cuestiona todo e intenta mejorar, o el chupaculos del jefe que a cada informe le felicita como si hubiese redactado la constitución? Eso lo permitimos nosotros, y yo lo siento cada día. Por mi forma de ser y por como actúo para con el resto, siempre veo que el mundo en general está plagado de traidores y conspiradores, que te sonrién por las mañana y a la primera de cambio de astillan.
Pero bueno, nos queda hacer lo que hicieron nuestros padres con nosotros, pero al revés, eduquemos correctamente a nuestros hijos, no es algo que se pueda arreglar en cuatro días ;)