18.10.14

'The Century' de Ken Follett

Leyendo la trilogía ‘The Century’ de Ken Follet, he aprendido mucho sobre la historia del mundo, y algo sobre  cómo funciona este.

Los libros cuentan hechos históricos e importantes del siglo pasado. Lo hace de una manera muy interesante a través de personajes en un principio ‘anónimos’, que en la realidad no existieron o que, si lo hicieron fue con otros nombres y vidas. Pero estos siempre están cerca de los sucesos importantes, de los momentos históricos que importan y ‘cambiaron al mundo’.

El primer libro ('Fall of Giants' / 'La caída de los gigantes'), ambientado en los principios del siglo XX, los personajes están cerca del mundo militar en su mayoría, del mundo rebelde, sobre todo de todos aquellos ámbitos en los que los cambios se hacen de manera drástica, con violencia. Alguno está cerca de la política, pero no muchos. Las partes importantes de este primer libro son los combates, las invasiones, los ataques, los tiroteos, la brutalidad policial, las mafias, las revoluciones y las batallas. Esa barrera entre la vida y la muerte. Esto es para mí, una manera de mostrar como en ese primer tercio del siglo XX, el mundo cambiaba con la guerra, con las revoluciones, con la muerte y la destrucción.

El segundo libro ('Winter of the world' / 'El invierno del mundo'), ambientado en su mayoría entre el crack del 29 estadounidense y el final de la segunda guerra mundial, resulta una época puente. Un término intermedio. Los personajes ficticios, que siempre están cerca de los que fueron reales, y de las situaciones que fueron reales, ya no solo están presentes en las batallas y en las revueltas, ya no son solamente militares. Empiezan a formar parte de la política, siendo asesores, periodistas o incluso políticos, algunos pasan vidas que van a caballo entre los sucesos militares y los sucesos políticos y otros viven cerca o pertenecen a ese ámbito de la guerra que en vez de usar las arma de los militares, usa la de los políticos, la palabra. Pertenecen a lo que en mi opinión es un mundo mixto de política y guerra, el espionaje. Además este es el único libro en el que se tiene en cuenta la ciencia, lo que sería una demostración de que, la ciencia también cambió el mundo en esa época. De todo esto, deduzco que ya no es la guerra la única que cambia el mundo.

Y el tercer libro ('Edge of Eternity' / 'El umbral de la eternidad') es cuando el cambio ya se ha hecho. La única guerra que se ve de primera mano es la de Vietnam, en un solo capítulo y más para mostrar las atrocidades que realizaban los soldados estadounidenses que para mostrar la crueldad de la guerra y los cambios que esta genera. Todos los personajes están relacionados con la política, son asesores, abogados, consejeros, periodistas, activistas clandestinos, etc. Los hechos importantes son casi todos del ámbito de la política, y si no, de situaciones que no se considerarían ‘política’, pero que para mí lo son, tales como manifestaciones, resistencia pacífica, movimientos reclamando derechos, represión policial o grandes discursos. Al igual que en el anterior libro hay una parte dedicada a la ciencia, porque hizo cambios en el mundo, en este hay una parte dedicada a la música, a la cultura y en general a los movimientos culturales y sociales que nacieron en los años 60 y 70, no porque estos cambiaran al mundo, sino porque estos fueron un cambio en el mundo.

De todo esto, intento deducir cosas, algunas de ellas me llevan a otras.

La primera deducción a la que llego es que el mundo ha cambiado mucho desde el principio del siglo XX. No porque ahora haya televisores, o smartphones, o internet. Sino porque en el mundo de antes podía suceder que aquellos poderosos que llevaban siglos gobernando y teniendo el poder, fuesen derrocados y eliminados por aquellos que habían nacido siendo tan solo un número más en las listas de votantes, súbditos o de impuestos. Que los grandes imperios podían caer y que los territorios oprimidos y que quisieran ser una nación podían lograr sus objetivos. Que en esa época servía de algo luchar, rebelarte y combatir al enemigo con las armas, ya fuera este un extranjero de un país que nunca hubieras oído hablar o el señor que gobernaba en tu pueblito y te cruzabas cada día.

Y que en cambio, ahora los países cambian su estructura territorial por decisiones políticas, los opresores son depuestos por otras naciones que los presionan, los cambios que hay en el mundo no los consideramos tan históricos porque se deben a que unos cuantos hombres y mujeres, iguales que cualquiera de nosotros pero con posiciones totalmente distintas, se dedican a hablar y decidir. Y esto es, en un principio, algo bueno.

Entonces pienso que no solo ha cambiado el mundo, si no nuestra manera de verlo, esta deducción obviamente proviene de la anterior. Vemos a las guerras mundiales y la guerra civil española como grandes matanzas y desgracias, como catástrofes históricas. Y somos incapaces de ver que en Siria hay una guerra civil, igual de cruel y destructiva que la española del 36, o incluso más. No nos resulta impresionante, nos han quitado esa capacidad de sentirnos temerosos e impresionados por la destrucción y la muerte, a menos que la tengamos a la vuelta de la esquina. Y quizás Ken Follet lo escribe así porque es como lo ve, y no como en realidad es. Puede ser, pero esto no es más que mi opinión.

Podría decirse que, desde que EE.UU. lanzó las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, acabando con la segunda guerra mundial, causando centenares de miles de muertos, pero en un principio evitando que millones de japoneses y estadounidenses murieran en una guerra que habría durado uno o dos años más. Se acabaron las grandes guerras que cambiaban al mundo y a los paises, que esas bombas no solo acabaron con la segunda guerra mundial.

Por otro lado, otra deducción que podría hacer es que a las clases dirigentes no les gusta que el principio del siglo XX haya sido así. No les gusta que los imperios puedan caer, no les gusta que las cosas puedan cambiar, no les gusta que quien manda deje de mandar o incluso, deje de existir. Por eso han elaborado un sistema mediante el cual permiten que los pueblos se alcen contra sus opresores, que haya guerras civiles o guerras entre países, pero en vez de que ello se convierta en una catástrofe mundial, acaban convirtiendo a ambos bandos de esos conflictos en peones, toman decisiones políticas sobre ellos, les presionan con consecuencias para que esos conflictos y revoluciones se resuelvan con las consecuencias que ellos quieren.

Haciendo una analogía de las bombas atómicas, se podría decir que la Organización de las Naciones Unidas, ese organismo que intenta que no se repitan las guerras mundiales, es la que hace que en realidad, lo que no se pueda repetir, es que los oprimidos se alcen en armas en contra de los opresores y quiten del poder a aquellos que intentan perpetuarse eternamente en él. A menos que a los que dirigen la ONU, es decir, los cinco miembros permanentes del consejo de seguridad, les convenga la caída de aquellos que intentan perpetuarse en el poder, entonces sí que se permite a un pueblo alzarse contra sus opresores, pero estando engañados, ya que lo único que sucederá es que entrarán en ese grupo en el que les dirán que hacer y beneficiando a quién.

Entonces ¿Esto quiere decir que estoy en contra del sistema actual? ¿Que estoy en contra de las Naciones Unidas y de la situación actual del mundo? ¿Que estoy a favor de las revoluciones y que considero que todos los gobernantes de este mundo son unos tiranos? No, de lo único de lo que estoy a favor es del derecho de los pueblos a rebelarse y luchar por lo que quieren, ya sea con la espada o con la palabra.

No. Simplemente es una deducción, una teoría, una manera de pensar y de reflexionar. Una manera de poner en duda también el mundo actual, quien me conozca sabrá que me gusta poner en duda las cosas, quizás por influencia de Descartes, quizás no. Pero nunca está de más dudar de nuestras convicciones, del mundo que nos rodea y de cómo son las cosas.

Pero bueno, en definitiva, me ha encantado la saga. La recomiendo a todo aquél que le guste leer.